Con este eje buscamos detonar y perfeccionar prácticas para garantizar y potenciar nuestra formación enraizada en el humanismo cristiano. Para ello, se persigue el perfeccionamiento del ecosistema de proyectos y prácticas que permitan asegurar que los alumnos reciban un cuidado integral, que los profesores y colaboradores estén sensibilizados con nuestra filosofía educativa y nuestra visión, y que la Universidad aporte e impacte a la sociedad desde nuestro sello de humanismo cristiano.
Queremos reimpulsar cimientos para ser una universidad internacional con visibilidad en el extranjero y con tintes potentes de internacionalización en investigación y docencia. Para ello, buscaremos lograr que la internacionalización sea una necesidad y afán de cada escuela o facultad, y un entregable para todos nuestros alumnos.
Reinventamos nuestro modelo educativo de acuerdo a la nueva normalidad, nuevas tendencias y nuevos mercados, garantizando el nivel académico a través de los resultados de aprendizaje en todos los programas académicos y del modelo curricular cognitivo-conductual.
Continuaremos con el crecimiento de las labores de investigación y la consolidación de la política institucional. Desarrollaremos procesos que nos permitan detectar, gestionar y obtener financiamiento externo para la investigación. Una prioridad será avanzar en la definición de líneas estrategias e impulsar la creación de centros de investigación con alto impacto social. Será de vital importancia el fomento de una cultura de valoración y enfoque hacia el desarrollo de la propiedad intelectual y sus respectivos procesos de transferencia a la sociedad.
Velamos por la salud financiera de la institución para asegurar la sustentabilidad en el largo plazo y apoyar las iniciativas del corto plazo, construyendo estrategias fiscales y financieras, necesarias para poder garantizar la sustentabilidad del proyecto educativo y la inversión en las iniciativas requeridas para concretar las otras Íes.